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Bajita, pero robusta

Os presento a Rosi

Decía en una entrada anterior que tenía en mente, en algún momento, poner un huerto urbano. Decía también que tengo dos pies izquierdos para cuidar plantas, pero ahora veo que la rotundidad de esa afirmación no procede sin haberlo intentado. Sobre todo porque se me da bien cuidar de otros seres vivos, humanos y peludos. De hecho, es uno de mis principales motivos de vida, cuidar de todos ellos y de mi casa que, como entorno que nos acoge a todos, me gusta mantener limpia, bonita y cuidada. Me vuelco cuando me necesitan y no es por presumir, pero se nota. Sé que marco una diferencia y no me importa el esfuerzo que conlleve porque si no, a qué cñ hemos venido aquí. Ellos también me cuidan a mí, claro. Muchísimo. Los humanos, más que nada, y en especial uno, Mr. Right, que no puede ser más bueno, más atento, más detallista ni más entregado a otros seres vivos, humanos y peludos, cuando hace falta. Vamos, que somos tal para cual y una piña cuando las cosas se complican. Por eso me siento tremendamente afortunada. Por él y otros pocos seres queridos (siempre son pocos y no todos de sangre) que me ha regalado la vida y con los que sé que puedo contar.

Pero volviendo a lo que venía, que hay que ver cómo se puede enrollar una si se despista, también decía que hace poco planté un haba. El haba que me tocó en un roscón de reyes y que tenía intención de trasplantar cuando estuviera lo bastante grande. El caso es que ha ocurrido: el haba ha crecido, ha agarrado y la trasplanté, primero a una maceta de plástico que encontré en el chiscón, y hoy a una sencilla macetita de cerámica que le he comprado y aún le queda un poco grande, pero todo se andará. La he llamado Rose Kitchen (Rosi, para los amigos) y confío en que va a crecer mucho, aunque desconozco a qué ritmo crecen las habas. 

Algún incidente ha habido, lo reconozco. Un día fui a tocarle el algodón para ver si necesitaba agua y sin querer le tronché el tallo, que ya empezaba a echar hojas. Le puse un celo para ver si sanaba (consejo de Internet) pero aquello se puso más negro que el sobaco de un grillo. Opté por cortar la parte dañada y trasplantarla a una maceta, porque ya tenía bastante raíz, y ahí echó otro brote que empezó a tirar para arriba, se ve que la naturaleza es sabia. También se le puso negra la punta de una hoja minúscula y supe que era porque a las plantas de haba, si se mojan, en seguida les sale un hongo que las pone así, muy feas, con manchas negras, según me explicó Internet. Pensaba que eso sólo les pasaba a las que estaban fuera, en el jardín, porque a ver de dónde sale un hongo en mi cocina, pero no, fue mojarla y aparecer una mancha  negra en la punta de una hojita. Así que opté por regarla con un pulverizador de agua, apretando muy suave y pegando la boca a la tierra para no salpicar a la planta, que todavía es enana. 

Que sí, la duda ofende, se me da bien cuidar seres vivos, pero tengo que aprender primero. Que con los que no son plantas ya tengo experiencia, oiga, y una no nace sabiendo. Mi último aprendizaje fue con el perro y sigue vivo. No sólo vivo, está espléndido, Jamoncio. Lo importante con Rosi es que ahí está, bajita pero robusta y con ganas de comerse el mundo, a juzgar por lo tiesa que va. Considero innecesario recordar que esta era un haba envuelta en un plástico y metida en un montón de nata con un destino bastante oscuro. El haba que se tira a la basura. Yo le he devuelto su dignidad. A su lado he plantado una hermana, otra pequeña rescatada del pringue y el dulce. Cruzo los dedos para que crezca también. Si lo consigue, la llamaré Ava.

Patinadora, jurista, escritora aficionada, lectora, amante de la artesanía, hermana, pareja, amiga y humana en manada perruna y clan felino. No necesariamente por ese orden.

Comentarios

  1. Me has dado un consejo maravilloso y futurible. Unas plantas en casa se me estropearon por eso. Mi compañera las vio ennegrecerse sin aparente causa alguna y nos dijeron que eran hongos. Lo del pulverizador em ha parecido interesante.
    También me ha sorprendido lo del haba reciclable. Si lo llego a saber... Este año como todos me ha vuelto a tocar. Sólo me salió una vez el rey.
    Maravillosa escritura la tuya que crece también de pequeños momentos cotidianos y se hace fuerte en el humor, la inteligencia y el talento narrativo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por ese piropazo, Sergio. Lo del haba en mi caso ha sido una cosa más bien simbólica, ya sabes, si te toca un limón, haz una limonada... Para mí ha sido toda una sorpresa que germinara :)

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