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Olivia



Tenemos un nuevo miembro en la familia. Por si no tuviera suficientes seres vivos a mi cargo, ahora somos uno más. Le hemos dado la bienvenida a Olivia.

Olivia va a poner a prueba mi habilidad para cuidar seres vivos porque, si ya me las apaño bastante bien para mantener en estado óptimo un perro y dos gatos, creo que ya he mencionado, como suelo, en este blog, mi no tan desarrollada capacidad para cuidar de entidades verdes, categoría a la que pertenece Olivia.

De hecho, siendo como soy una sufridora, quizá rayando en lo excesivo, por el padecer de otros seres del planeta, me doy un buen disgusto cuando no logro sacar alguno de ellos adelante. Es lo que me pasó con las habas del roscón, que fenecieron tristemente, o con el manzano del jardín, que casi de un día para otro se secó sin remedio (todavía no lo he superado) Tanto es así, que hace poco un compañero del trabajo, sabiendo de mi interés por el reino vegetal, que a pesar de mis repetidas manifestaciones de intención no he llegado a poner en práctica, me regaló unas cuantas feijoas de su propio jardín para que pudiera plantarlas. La feijoa es una fruta exótica que nace de un arbusto tropical, el cual es extraordinariamente resistente a temperaturas extremas, tanto de frío como de calor, y me pareció un buen comienzo para alguien que, como yo, no sabe hacer la "o" con un canuto en lo que a plantas se refiere. Así que le di sinceramente las gracias y, después de informarme en el Libro Gordo de Petete, also known as Google y más concretamente Youtube, que para estas cosas un vídeo vale más que mil palabras, averigüé la forma de extraer las semillas de las mencionadas feijoas y ahí las tengo. No me atrevo a plantarlas no vaya a ser que salgan y por falta de entendimiento de la que aquí suscribe, se mueran. Así de fatal lo llevo. Sí, ya lo sé, me lo tengo que hacer mirar.

Y con este panorama, nos llega Olivia.

Apareció un día de lluvia, dentro de una caja de cartón mojada, con una etiqueta pegada a mi nombre. Me pareció raro, porque no había pedido nada, pero ahí estaba, esa caja extraña, rectangular, estrecha y relativamente alta, con un sello de "frágil" pegado al costado, que no era de Amazon ni ningún otro mensajero de los habituales. Alguien la había dejado en mi jardín mientras estaba en la oficina, motivo por el cual estaba tan mojada, y Mr. Right, que había llegado a casa antes que yo y luego había salido y en ese momento no estaba, la había dejado dentro, en el rellano, al abrigo del agua.

Intrigada, dejo la mochila con el PC y otros aparejos del trabajo, el bolso, la bolsa de patinaje y el resto de cosas que hacen que parezca una mujer orquesta cada vez que salgo de casa, me quito el abrigo y me dedico a abrir la caja. Me resulta fácil, el cartón mojado se rasga con mirarlo casi, y no tardo en encontrar lo que alberga en su interior: una maceta con lo que parece un bebé de árbol. Viene con una tarjeta. Es un olivo.

Olivia.

Por aclarar el misterio, resulta que hace poco hemos instalado placas solares en esta nuestra acogedora vivienda rural, y esta es la forma de la empresa de instalación de agradecernos haber elegido sus servicios. Muy bonito y muy simbólico, un detalle muy relacionado con las energías verdes, y que he de admitir, me encanta, incluso sabiendo que me va a obligar a ponerme a prueba... again.

Total, que aquí me tenéis, cuidando de un mini-árbol, llamando desde la oficina a Mr. Right, que ese día teletrabaja en casa, para asegurarme de que a Olivia le está llegando la luz directa, que necesita como mínimo seis horas al día, y con las prisas no me acuerdo si la he dejado cerca de la ventana. Y a Mr. Right, que como sabéis es el sol más grande que hay de persona, explicándome otro día, según salgo por la puerta, cómo tiene pensado poner a Olivia en las ventanas del lado Este de la casa y por la tarde en las del Oeste, para que le de bien la luz. Digo yo que esta vez sí la sacamos adelante. Eso espero.

🤞🏻🤞🏻🤞🏻

Patinadora, jurista, escritora, lectora, amante de la artesanía, hermana, pareja, amiga y humana en manada perruna y clan felino. No necesariamente por ese orden.

Comentarios

  1. El truco para tener muchas plantas es cambiarlas. Lo demás es una lotería. Un beso

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  2. Un olivo es una planta fuerte por naturaleza..
    Eso sí, el siguiente paso será traspasarla de la maceta a la tierra. No sé que dirá el libro gordo de Petete (versíón google o youtube) al respecto. Pero confia, el arbolito responderá, ya verás. Y piensa que tene vocación de perdurar, ya sabes que olivos de mil años o más hay bastantes por el suelo patrio.

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